Las previsiones para el sector del arrendamiento en el 2019 son buenas: el alquiler en España se consolida,
el número de inquilinos crece y, por consiguiente, la demanda de viviendas. Pero el
miedo al impago y a
los conflictos con el inquilino impide a muchos propietarios poner sus viviendas en alquiler. La solución
pasa por contratar un seguro de que incluya protección jurídica y que garantice la defensa y reclamación del contrato de
arrendamiento. Esta cobertura se denomina
Protección Integral del Arrendador
y puede incluirse en su póliza de Seguro de Hogar como propietario de una vivienda que alquile a otras personas.
A continuación relatamos un caso real en el que defendimos los intereses de una clienta.
En el presente caso, nuestra asegurada y propietaria del piso alquilado contacta con nosotros y nos informa
que su inquilino ha dejado de pagar las facturas de los suministros de agua y gas. Le ha requerido el pago
a su inquilino en reiteradas ocasiones, quien hace caso omiso a sus reclamaciones. Ante esta situación,
informamos a nuestra clienta que lo mejor es intentar llegar a un acuerdo amistoso, pero que si no es
posible, interpondremos una demanda por incumplimiento contractual únicamente por el impago de los
suministros, aunque el arrendatario continúe pagando la renta.
Ante la inminente finalización del contrato de
arrendamiento, redactamos y enviamos un
burofax al inquilino moroso reclamando el
importe de la deuda de los suministros e
informándole de la no renovación del contrato de
arrendamiento.
Transcurridos unos días, nuestra asegurada
llama para comunicarnos que el inquilino ha
recibido nuestro burofax y a tenor del mismo ha
firmado por escrito que abandonará la vivienda.
También en el mismo escrito indica a nuestra
asegurada que le permitirá compensar los gastos
adeudados con la fianza que en su día entregó de
1.200 euros. Nuestra propietaria acepta el
acuerdo pero de todas formas y por nuestra
experiencia en estos conflictos, le informamos
que una vez se haya marchado el inquilino y a la mayor brevedad posible, debe entrar en el piso y
comprobar si existen daños.
Efectivamente, cuando nuestra asegurada entra en el piso ya vacío, comprueba que ha sufrido daños, por
lo que rápidamente le enviamos un perito para que efectúe el correspondiente informe pericial valorando
los desperfectos ocasionados por el inquilino. Los daños conjuntamente con los recibos impagados
ascienden a 1.144 €, pudiéndose así compensar los daños con la fianza del inquilino. En caso contrario,
nuestra labor hubiera sido continuar reclamando primero amistosamente y, llegado el caso, judicialmente
hasta que nuestra clienta hubiera sido completamente indemnizada.
Gracias a tener contratada la garantía de
Protección Integral del Arrendador de la póliza
de Seguro de Hogar, nuestra asegurada dispuso de profesionales especializados que
defendieron y protegieron sus intereses.